A mis amigos les adeudo la ternura y las palabras de aliento y el abrazo el compartir con todos ellos la factura que nos presenta la vida paso a paso. a mis amigos les adeudo la paciencia de tolerarme las espinas más agudas los arrebatos del humor le negligencia, las vanidades los temores y las dudas. Un barco frágil de papel parece a veces la amistad pero jamás puede con él la más violenta tempestad porque ese barco de papel tiene aferrado a su timón por capitán y timonel un corazón, un corazón, mi corazón. A mis amigos les adeudo algún enfado que perturbaba alguna vez nuestra armonía sabemos todos que no puede ser pecado el discutir alguna vez por una amiga. A mis amigos legaré cuando me muera mi devoción en un acorde de guitarra y entre los versos olvidados de un poema Mi pobre alma incorregible de cigarra. Un barco frágil de papel parece a veces la amistad pero jamás puede con él la más violenta tempestad porque ese barco de papel tiene aferrado a su timón por capitán y timonel un corazón, un corazón, mi corazón. Amigo mío si esta copla como el viento a donde quieras escucharla te reclama serás plural porque no exhibe el sentimiento cuando se llevan los amigos en el alma.
La Leyenda de Popocatépetl e Iztaccíhuatl
La vista que engalana a la ciudad más grande del mundo: la Ciudad de México, está realzada por la majestuosidad de dos de los volcanes más altos del hemisferio, se trata del Popocatépetl y del Iztaccíhuatl. La presencia milenaria de estos enormes volcanes ha sido de gran importancia en las diferentes sociedades que los han admirado y venerado, siendo fuente de inspiración de múltiples leyendas sobre su origen y creación. Entre ellas las más conocidas son dos que a continuación relataremos. Hace ya miles de años, cuando el Imperio Azteca estaba en su esplendor y dominaba el Valle de México, como práctica común sometían a los pueblos vecinos, requiriéndoles un tributo obligatorio. Fue entonces cuando el cacique de los Tlaxcaltecas, acérrimos enemigos de los Aztecas, cansado de esta terrible opresión, decidió luchar por la libertad de su pueblo. El cacique tenía una hija, llamada Iztaccíhuatl, era la princesa más bella y depositó su amor en el joven Popocatépetl, uno de l
Comentarios