Carolina Pulqui: ¿la hija escondida de Cristina Kirchner? LOS AGUJEROS DEL DERECHO A LA IDENTIDAD
Las versiones son muchas, las confirmaciones pocas y el silencio pareciera ser el más fuerte de los ruidos. Lo cierto es que cada vez se hace más complicado mantener la trama en .
Los dichos sobre una supuesta hija que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner habría abandonado, provocan tanto curiosidad como estupor. Son numerosos los foros donde se comenta sobre esta hipótesis a la que algunos hasta osan de arrojarle datos. Tal sería la delicadeza de tan tremenda cuestión, que se mantendría bajo la más absoluta reserva por órdenes directas de la misma presidenta.
El caso tiene las añadiduras necesarias para alterar la sensibilidad de cualquiera, y es que al inconcebible abandono se le sumaría una serie de injustificables razones. Una de ellas sería la temprana edad en la que Cristina habría dado a luz a la pequeña, algo bastante condenado para una joven de 19 años en los años 70. La otra causa de abandono de la niña sería que la misma habría nacido con las capacidades mentales reducidas.
Carolina Pulqui, ese sería el nombre de la hija no reconocida de Cristina, la cual no sería producto de la relación de la actual presidenta con Néstor Kirchner, sino el resultado de un corto pero pasional con Carlos "Soldado Emilio" Bettini, nuestro inexplicable embajador en España por decreto presidencial, se libró de enfrentar el casamiento forzoso con la tilinga de Tolosa, porque espantada ante la idea de criar a una mogólica (como se decía entonces), la abandonó en la Casa Cuna de La Plata bajo un nombre falso: Carolina (por la de Mónaco, que en 1972 cumplió 15 años y apareció en todas las revistas del mundo), y Pulqui, por el avión de la era peronista que aparecía en los libros de lectura de Evita. Claro que si la hubieran criado no serían ricos y famosos...
El futuro de la pequeña Carolina parecía estar escrito: Cristina era demasiado joven, él demasiado viejo y nada estaba bien visto, incluso el síndrome de down con el que habría nacido la pequeña y que pareció terminar de convencer a Cristina. No había otro remedio, el abandono de la niña parecía perfilarse como la única opción. Pero nada puede esconderse bajo la tierra. Fuentes cercanas al staff íntimo de la presidenta afirman que Cristina habría quedado estupefacta el día en que Carolina la señaló por la calle en un encuentro casual por La Plata. “¡Mamá!”. Habría gritado la niña mientras apuntaba a la, en ese entonces, Primera Dama.
Cristina siempre habría querido mantener las contadas visitas al Centro de Rehabilitación San Juan de Dios de La Plata -lugar donde se habría desprendido de Carolina al nacer- lo más ocultas posibles, queriendo hacer de cada visita a la niña un acto casi desapercibido. Pero la popularidad política de Cristina fue haciendo esta rutina cada vez más ardua, y la gente habría empezado a sospechar. El traslado de Carolina a otra institución habría sido inminente.
La casona de la Avenida Alvear, entre Rodríguez Peña y Montevideo le habría parecido a Cristina el mejor lugar donde resguardar a su hija de ya 36 años. El terreno no sería una clínica o centro especializado alguno, sino una simple casa vieja y oscura de la Recoleta, donde tutores se encargarían del cuidado de Carolina.
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