¡Mentiroso, mentiroso!: Cómo saber si un hombre no dice la verdad

Sólo Dios sabe cuántas veces las mujeres nos preguntamos ante un hombre: ¿Estará siendo sincero? Por más seguras y confiadas que nos sintamos, no podemos evitar pensar que alguna vez nos ha dicho por lo menos una mentirita blanca, como por ejemplo cuándo preguntamos si estamos gordas o no.
Pero... ¿Qué sucede si sospechas que miente sobre algo más serio?
Todas las mujeres tenemos un agudo sexto sentido para detectar cuando algo no está funcionando como debe, por más ingenuas y crédulas que seamos. Sin embargo, en algunas ocasiones, no queremos prestar atención a las señales, o queremos pensar que son sólo ideas nuestras. Ojo, ¡qué cuando el río suena…!, Bueno, ya sabes el resto.
Si aún así, quieres un método más “científico” para determinar si tu galán está utilizando su arte de la actuación contigo, acá te lo enseñamos. Ni el más experimentado podrá evitar hablar con el cuerpo y delatarse.
Así como lo lees, el chico que te roba el sueño puede decirte las palabras más coloridas y endulzarte el oído todo el día; y mentir a la vez fácilmente, pero lo que jamás podrá evitar es que su lenguaje corporal no diga la verdad. ¡Chicas, atentas con las señales!
Están en plena discusión, le estás preguntando algo directamente y él, mientras te responde, se toca la nariz, la boca, o cualquier otra parte del rostro…
Está mintiendo. Estos gestos son tan subconscientes, que provienen desde nuestra época de la niñez. Es el reflejo de lo que hacíamos, cuando mamá empezaba a preguntar quién había roto el florero de la abuela, y nosotros nos tapábamos la boca.
Estás exponiendo tus puntos y tus dudas, y mientras él te mira expectante para darte una respuesta contundente, ves como aprieta los labios, se los muerde o se los humedece con la lengua…
Otra vez trata de cerrar la boca antes que salga esa verdad que no querrás saber.
El comienza a defender su caso, y mientras lo hace, te esquiva la mirada.
¡Miente! Ya sabes, los ojos son el espejo del alma, y él no dejará que ni su alma lo deje al descubierto.
Y la discusión se hace más y más larga…y te sonríe quitándole seriedad al tema, permanece en silencio o empieza a irse por las ramas.
Claro, como lo vas dejando sin argumentos, intenta “hacer tiempo” para maquinar nuevas excusas.
Ve tu cara de incrédula, y utiliza sus “peros”. “Yo sé que suena raro, pero…” o “Esto parece grave, pero…”
Ten por seguro, que su siguiente frase es una completa mentira.
Y por último, otros movimientos y actitudes que lo delataran son si mueve las piernas y contrae los hombros, simula bostezar, te da la espalda, se sonroja, suda…y ya, el colmo, si inventa alguna excusa y huye. No podría ser más obvio.

Ahora que ya sabes identificar cuando los hombres mienten y estás preparada para no dejarte manipular. ¡Usa tu poder sabiamente!

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